Siempre oímos que las malas noticias no vienen solas, y así parece darse en el mundo de la literatura estadounidense y universal. El pasado 14 de mayo perdimos a Tom Wolfe, el autor de La Hoguera de las Vanidades, y este 22 de mayo reportamos el fallecimiento de otro tótem de las letras norteamericanas: Philip Roth. El autor de novelas tan vendidas y respetadas como Pastoral Americana (American Pastoral/1997), que es también conocida como El Fin del Sueño Americano, y su otra gran novela El Lamento de Portnoy (Portnoy’s Complaint/1969).
Philip Roth, como todo gran escritor, no contentó a todos. Incluso, fue acusado de antisemita a pesar de ser judío. Sus novelas mostraban sin tapujos ese ambiente enrarecido que se ha ido imponiendo en los Estados Unidos y, hoy, le es tan evidente a los propios ciudadanos norteamericanos. Nos recuerda que la pluma de un literato no se hizo para contentar a las masas, sino para subrayar verdades.
Un hombre que recibió los honores en vida que pueden conferirse a un narrador de excelencia, le otorgaron un National Book Awards, dos National Book Critics, tres PEN/Faulkner Awards, un Pulitzer y un Man Booker International. Y, en su obituario la celebre publicación especializada New Yorker coloca a “la familia judía, el sexo, los ideales americanos, la traición de los ideales americanos, el fanatismo político y la identidad personal” como sus grandes temáticas.
No queda más que decir ¡Adiós y gracias, Philip Roth!
Manuel Salazar
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