Muchas veces en el argot farandulero peruano se ha hablado despectivamente de seudo artistas extranjeros que reciben atención sólo por hablar con acento foráneo. Esa premisa no se puede aplicar a una generación de artistas argentinos que dejaron huella y escuela en nuestra televisión, cinematografía y teatro. Personajes como Orlando Sacha, Elvira Travesí, Osvaldo Cattone (todavía muy vigente) y otros vinieron y aportaron mucho talento. Entre ellos también está, el hoy fallecido Fernando de Soria.
A Fernando de Soria lo recuerdo muchas veces más como coprotagonista de tantas novelas, basta rememorarlo en Carmín o en un rol más estelar junto a Christian Meier en Escándalo. También en un memorable episodio de Gamboa, y en el teatro (de la mano de Cattone) en la celebrada puesta en escena de Justo en lo Mejor de mi Vida. Pero, para mí una de sus mejores facetas es la de hombre de familia, y en especial la de padre. Bastaba verlo al lado de su hijo, el cantante Jean Paul Strauss.
Por eso, en estas cortas líneas, un adiós a un gran actor, un pésame a su familia, y un legado artístico que seguramente se seguirá viendo reflejado en el talento de su hijo.
¡Adiós y gracias, Fernando de Soria!
Manuel Salazar Foto (RPP) Video (Mundo E)
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